martes, 8 de octubre de 2013

La luz en la sombra brilló y con los cristales la energía se multiplicó

De los elementos que decoran nuestro hogar con gran belleza, los cristales facetados tienen un lugar destacado. 

Los cristales nacen por la asociación de muchos átomos, los suficientes como para unirse y permanecer en estado sólido.  Pasan por distintas etapas hasta que alcanzan la constitución que nosotros vemos.
 Los griegos llamaron cristales a los cuarzos por su dureza y por ser muy fríos. El aspecto cristalino de los minerales ocurre en la mayoría de las formaciones, como en el caso  de los cuarzos que cuentan dentro de este grupo a los cristales de roca y las amatistas  que tiene una tonalidad violeta. En Argentina encontramos formaciones de cuarzo en la provincia de Córdoba y en las Sierras Pampeanas.
Tal vez sea su misma transparencia la que nos transmite su magia. Los cristales de cuarzo son uno de los cristales maestros, ya que son capaces de vibrar energéticamente a una frecuencia tal que influyen en nuestra propia vibración.  Cuanto más trabajamos con ellos más aumenta nuestra vibración. Son excelentes para lograr claridad en nuestras visiones ya que con su energía positiva despertamos a una mayor consciencia.
Desde el Feng Shui utilizamos la energía de los cristales cerca de la ventanas para multiplicar la luz y redistribuir la energía que ingresa en nuestra casa. 


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